viernes, 7 de agosto de 2009

La Ley Ravell

Como si no los hubiéramos visto aplaudiendo –el regocijo de Pedro Lander en primer plano, la sonrisa complacida de José Albornoz-, los diputados ahora se hacen los locos con la Ley de Delitos Mediáticos y ya ni siquiera reconocen su presencia en el mundo material.


La fiscal transmutó en reina de la baraja y acudió al parlamento portando la inicial para el hacha afilada destinada a cortar cabezas: castigo para esto, castigo para aquello, prisión para usted, prisión para el otro. De normar nada, su propuesta iba directo a lo más duro: a aplicar medidas ejemplarizantes.


Y eso era lo que aplaudían estas damas y caballeros que hoy intentan hacernos creer que reflexionaron seriamente hasta llegar a la conclusión de que mejor no, mejor dejar en la gaveta la loquera esa de la señora fiscal. En realidad disfrutaron el momento. El Granma no miente, dicen algunos cubanos en joda, y el video tampoco: allí están, fascinados con la perspectiva de un futuro cómodo, libres de un personaje que le resulta tan molesto al comandante jefe como una uña encarnada, como una ampolla en el paladar.


Porque no hay que rasguñar mucho para encontrar que la verdadera “exposición de motivos” de una ley tan facha como esa en realidad perseguía un solo objetivo: echarle guante a Alberto Federico Ravell y quitarse de encima la ladilla de Globovisión.


En Ravell pensaban los diputados cuando aplaudían a la químicamente blonda fiscal que les decía que ahora sí, que había llegado el momento de darle garrote a los dueños y directores de medios, cosa que, sin ser jurisconsulto, destaca como intención primera de la ley que ahora no existió.


El poder es mucho, eso es cierto, pero la estrechez mental de los enrojecidos pseudorevolucionarios no les da para más. No hay que olvidar que esto ya lo hicieron: reformaron el Código Procesal Penal y cuanta cosa pudieron tan solo para evitarse gente en la calle protestando, para convertir en crimen el cacerolazo y para acabar con la posibilidad de otro paro nacional o de otro absurdo episodio guarimbero. Para eso fue y no para hacer más expedita y equilibrada la aplicación de la justicia, que semejante pendejada poco importa ante la grandeza del Estado y la tarea capital que es su preservación.


Dudoso entonces el honor que le hacen a Ravell: una ley para él solito y para todo aquel que intente seguir sus opositoras andanzas y extravagancias. He ahí la misión de los poderes en pleno: callarle la boca a Ravell. Para eso quedaron.

-oscar medina

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Oscar. Todo esto es "una sensación" El episodio en la Asamblea, nunca sucedió. Fue un montaje producido por el CNP, los golpistas de siempre y Pixar. La fiscal es una suerte de aparición producto de nuestra imaginación. En realidad el Fiscal sigue siendo el poeta Isaías y todos estamos bajos los efectos de algún sedante, recetado por un medico cubano para curar nuestros delirios y fantasias. Es más, estamos dentro de la nueva versión de Alice in Wonderland de Burton. Me voy a bajar mi lexo con un traguito de guiski, no mejor, voy gueler un poco de gas, pero del bueno

sara carolina díaz dijo...

Y pensar que una diputada dijo que no sabia cual era el "escándalo" de los periodistas con la fiscal "que sólo vino a la Asamblea a presentar un papel ahi y ya dijimos que no ¿para qué siguen con eso?"... dirá que sólo son ganas de fastidiar...pero sabe que no funcionó el ensayo. Ya tratarán de clavar esos artículos por otro lado.

Anónimo dijo...

Pura poesia... los medios deberian ubicar a todos estos delincuentes como Lina Ron en las paginas rojas de los diarios y no en secciones conmo Policia o Nacional. Ese trato no lo merecen.
Oscar tengo una propuesta que hacer a ver si consigo quorum: No crees que todos los medios (Radio, Tv, prensa) deben silenciarse al menos una semana para que el venezolano comun se dé cuenta de lo que significa tener una sola voz, la oficialista. Demodo que no tenga otra verdad, sino la del Gobierno y viva desde ya lo que significaria el cierre de otrosd medios y la muerte de la libertad de expresion. Dime tu, si no

Anónimo dijo...

Definitivamente la población venezolana sigue no solo dividida sino ciega, sorda y muda,...ah!!! y una porción es lamentablemente bien ignorante, los que viven de la limosna del gobierno,...no sería ni mala idea del amigo que sugiere una semana sin escuchar mas que las emisoras rojitas,...para ver si reaccionamos; si pasa algo,... aqui tendriamos que salir a la Calle asi tipo Lina y darle carajazos a todos,...ya uno ni sabe que pensar, que aportar,...será que de verdad esto se lo llevó quien lo trajo?

Anónimo dijo...

Siguiendo esa especie de sensación de episodios intergalácticos, diría en una interrogante:
¿Quién es más tonto?,
1-el tonto
2-o el tonto que lo sigue
Marque con un X su respuesta

¿Qué defienden ustedes?,
1-su libertad
2-o la de Ravell
Marque con un X su respuesta.

No están cansados de actuar como borregos, o es que esa farsa se las inyectaron intravenosa en la escuela de Comunicación Social?
Saludos Colegas

oscar medina dijo...

anónimo "colega"... me parece que no entendiste nada. o que no quisiste entender.

no defiendo a ravell ni a nadie en particular. en todo caso, defiendo mi libertad a leer, ver y escuchar lo que quiero dentro de un catálogo de opciones diversas sin que sea un iluminado con su corte de jalabolas aprovechados quienes me digan qué es lo que debo leer, ver y escuchar y a quién debo obedecer.